viernes, 26 de septiembre de 2008

Pausa pregunta

¿Cuál es la diferencia entre ser un autodidacta o un onanista?
Bando, de Mundoreggae.

No recordamos muy bien las diferencias. Al parecer no habría incompatibilidades entre uno y otro. Pero si nos ponemos detallistas, un onanista ya sería casi como un profesional, un licenciado del amor individual. Siendo autodidacta, uno descubre por simple exploración e intuición. Sin embargo el onanista tiene una alta capacitación en el tema, tal como los tiempos de hoy y la rapidez del mercado lo exigen, altamente capacitado en pos de ese desarrollo activo. El primer gran onanista ha sido el filósofo escocés Adam Smith, con su mano invisible.

¿Por qué no hacer nada es “rascarse el higo”?
Yayita, de barrio Mayoraz.

En primer lugar hay una relación entre el cuerpo humano y las frutas. Desde la Nuez de Adán a los plátanos. Eva y la manzana, los nabos, los romanos y las uvas, la pelusa del durazno, los pomelos y la batata, etc. Todo es traducible en imágenes fructíferas. Recurrimos a la metáfora porque es un recurso que consiste en identificar dos términos entre los cuales existe alguna semejanza. Uno de los términos es el literal y el otro se usa en sentido figurado. El higo no es literal, pero es usado por su parecido y textura. Forma elegante de no reproducir términos de zonas bajas y aceptado por el discurso de género por su ambivalencia, dos higos que cuelgan de una rama y el higo cortado (ver lámina). De todas maneras, sabemos que la vida consiste en mandar fruta.

Las próximas
¿Por qué cuando uno decide no esperar más el colectivo y camina una cuadra lo ve pasar?
El existencialista, de Café La Humedad.

¿Porqué a veces cuando una se levanta tiene una baba dura y blanca en la comisura del labio?
Minerva, la última gran heavy.

¿Porque los grifos de agua caliente están siempre a la izquierda?
Anónimo, medio dormido


Publicado en Pausa #20, 26 de setiembre de 2008.
Volver a Semanario Pausa
Ir a Cocoliche

viernes, 19 de septiembre de 2008

Primavera

Estación que astronómicamente principia en el equinoccio del mismo nombre y termina en el solsticio de verano donde abunda el porrón

Sí queridos lectores, llegó la estación más cachondera del año. Es momento de sacar todos los atributos al aire, usted sabe que los días se van alargando, el sol sale cada día un poco antes y se esconde después, siendo la noche más corta, lo que permite que los cuerpos se encuentren sin tantas fronteras de lana. El día se hace más largo y vuelven las resacas. Sol, polen, aire, alergias, juventud, mosquitos y flores multicolores. Los animales disfrutan del buen clima, las aves incuban, las abejas hacen los suyo y los humanos nos entregamos a bailes ridículos. Las hormonas hacen estragos y los enamoramientos florecen en cada mirada: no hay excusas, es momento de engalanar el domingo. Aproveche que con tanto transgénico, en breve nos quedamos sin besos ni flores.

Publicado en Pausa #19, 19 de setiembre de 2008.

Volver a Semanario Pausa
Ir a Cocoliche

viernes, 12 de septiembre de 2008

La falta de monedas

Por Adrián Brecha.

Sin dudas, en estos días unos de los mayores inconvenientes cotidianos es la escasez de monedas. Son de esas cosas que no son problemas macro, ni están en la agenda pública, ni generan manifestaciones. Pero son de esas sinrazones diarias que nos generan incomodidad a la hora de enfrentarnos a una máquina expendedora de boletos. Aunque si siguen los aumentos, en breve tendremos que ingresar un billete de dos pesos. Triste sería que se conforme un grupo de “autoconvocados por la aparición de las monedas” o una asociación civil que promueva la circulación de ese pequeño círculo de metal.
Pero el faltante genera situaciones de toda índole y provoca el típico mal humor de quienes habitan una gran urbe o Santa Fe. ¿Quién no ha sufrido injusticias a manos de la mafia del mostrador? (la situación del quiosquero que sin preguntar ni insinuar nada nos troca un caramelo, generalmente de menta y/o masticable, la típica del telecentro que siempre te cobra 0,25 centavos o el verdulero que te da dos mandarinas simulando una yapa) Y ya sabemos que no podemos juntar una bolsa de caramelos y cambiársela a fin de mes a la almacenera o a la API. Y menos ingresar una aspirineta en el estacionamiento medido. Es por eso que nos disponemos a generar un grupo insurgente que realice acciones libertarias, un ejército alpargatista que equilibre tantos desatinos en la vida diaria. Como primera medida de impacto, desde este púlpito de caracteres le dejamos cinco artificios para sobrellevar la penuria de metálicos:
1. Deje los prejuicios de lado y hágase amigo de los pibes limpiavidrios, malabaristas o artistas esquineros y genere una alianza estratégica, o en el mejor de los casos intente usted con el escurridor y el balde... seguro le sobran monedas.
2. Todos tuvimos un abuelo numismático, revise el placard de los ancestros en busca de ese frasco de Nescafe que atesoraba el Nono y vaya probando con las distintas monedas en distintas máquinas. Si no funciona, por lo menos tendrá nuevamente la sensación en su bolsillo.
3. Si se resiste a las grandes cadenas de supermercado y es habitué del almacén de barrio y está cansado del caramelo, vuelva a la libreta pero a la inversa. A la semana la almacenera conseguirá monedas.
4. Si le encanta vestirse para ir de shoping y pasear por interminables góndolas, al llegar a la caja resista: seguramente la cajera con una sonrisa gastada le pedirá que done los cinco centavos para la investigación de gusanos de seda del Conicet. Diga que sí pero que prefiere llevarlos personalmente. 5. Cuántas veces imagino asaltar un banco o un camión de caudales... éste es el momento. Si le queda algo de ética, intente poner cara de Farinello y pruebe cambiar un billete de 50 en la caja.

Publicado en Pausa #18, 13 de setiembre de 2008.

Volver a Semanario Pausa
Ir a Cocoliche

viernes, 5 de septiembre de 2008

Militando el equinoccio

Por Adrián Brecha.

A veces uno tiene la sensación de que los inviernos no terminan aunque el frío dé su última estocada y el acolchado pida urgente lavandería. Ya lo dijo el porcino Alsogaray: “Hay que pasar el invierno” y llega el mes nueve, el mes de las dietas y de los cambios de planes, el mes en donde aparecen los amores más insólitos y las rupturas mejor declaradas. Es por eso que septiembre o setiembre, como más le guste, es la bisagra del año. Porque en un atisbo de placas rojas sólo nos separan 117 días para que culmine el calendario gregoriano y nos enfrentemos a la lucha familiar de dónde pasaremos las Fiestas (pero de eso hablaremos más adelante). Ahora nos dedicaremos a disfrutar de la pendiente que nos sumerge en uno de los meses más festivos del ciclo anual a pesar del polen y su reacción en nuestras fosas nasales. Llegó septiembre y, con él, congresos, recitales, seminarios, serenatas, bebidas a buena temperatura, piquiniquis y toda la nostalgia de los que alguna vez robaron besos entre estudiantinas y flores de papel crepe. El humor cambia, aparecen pieles más desnudas en las calles, los semáforos nos permiten otras miradas y hasta las frutillitas nos parecen más simpáticas. Por eso desde esta columna, en una muestra de nuestro ánimo festivo, nos disponemos a arengar la alegría hormonal de las fechas que se nos vienen. ¿O usted se va a poner en un papel de anti-primavera? No sea tan amargo. ¿Me va a decir que nunca disfrutó de una tarde espalda al pasto con algún cantor desafinado invocando la presencia de clásicos de la música latinoamericana o del rock argentino? Sea sincero: ¿cuántos pasitos al ritmo tropical dio con vueltita completa? ¿Cuánta acidez por sangrías maratónicas? Si bien en ocasiones la cintura ya no nos acompaña, el estómago acusa recibo y de estudiante ya sólo queda el carnet vencido de la biblioteca, le dejamos una serie de tetras para que se deje sorprender por alguna sonrisa en este mes.
1. Aproveche las próximas temperaturas, que cuando se quiera acordar llega enero y por más que tenga un buen aire, la tarifa aumentó el 15%.
2. Abandone por unas horas la PC y compruebe con sus propios ojos, tipo siete de la tarde, hora propicia, y verá de todo: los verá de todo tipo, forma y color, hay unos que tienen una luminosidad enceguecedora y no necesitan fotoyop.
3. Está a tiempo de empezar dietas para convertirse en un sex simbol a fin de año... si no es de éste, será del próximo. Por las dudas, si tiene la idea de empezar o retomar el gimnasio, primero compre una buen pack de mio-relajantes.
4. Si está solo/a y las noches son un cúmulo de nostalgia, es momento de invitar a la vieja promoción de la escuela y pispear aquel antiguo amor de banco.
5. Entréguese al viejo ritual de la danza y baile a más no poder, pero por ningún motivo se le ocurra poner El estudiante.

Publicado en Pausa #17, 6 de setiembre de 2008.

Volver a Semanario Pausa
Ir a Cocoliche